Chalet de lujo con piscina.
- Señor López, le juro que le voy a traer to el dinero que le debo por mis muertos.
- Más te vale chaval, porque si no ya sabes.
El chaval arrodillado es Maca, de Macario, un camello de poca monta que controla el barrio de la Alamedilla y San Juan, es decir, las peores zonas chabolistas de España.
El señor que está sentado es Fernando López, alias el Coronel, va vestido de traje y se supone que tiene un pasado militar aunque no está comprobado.
Ya en su chabolo:
- Me cago en mi puta calavera, sólo tengo mil euros. Y ahora ¿de dónde saco yo las dos mil cucas que me faltan? - después de mucho pensar - Ya está, el Rogelio, me debe cantidad de favores y se rumorea que ahora anda retirado después de un buen palo.
Caserón de campo rural, lleno de cerdos y caballos sobre todo.
- Hombre, Maca, cómo tú por aquí.
- Pues ya ves, la vida.
- ¿Y que se te ofrece? ¿Te debo yo algo a ti?
- Hombre Rogelio, que te protegí de toda la chusma de la quinta galería del talego. Algo valdrá eso digo yo, ¿no?
- ¿Y me lo vas a cobrar ahora pedazo de cabrón desagradecido que te di el barrio de San Juan y mercancía para que arrancaras? - cada vez más enfadado - Anda, vete de mi vista que no te quiero ni ver.
- Rogelio, la deuda es con el Coronel.
- No me jodas, haber empezado por ahí.
- ¿Cuánto necesitas?
- Dos mil.
- Toma son tuyas. Hay que estar a bien con el Coronel.
- Muchas gracias, Rogelio. Te debo una bien gorda.
Chalet de lujo con piscina.
- Hombre... Tan pronto por aquí, Maca. No me digas que has conseguido el dinero.
- Sí, señor.
- Contadlo.
Los sicarios proceden a revisar el dinero y en seguida hacen el gesto que no con la cabeza mostrando un billete a contraluz.
- ¡Maldito hijo de puta! ¿Vienes a mi casa a burlarte de mi, soplapollas? Así que dinero falso.
- Señor, yo no sabía... - le interrumpe el Coronel.
- Ja, ja, ja, ja. Qué cabrón el Rogelio, es un cachondo.
Después de un tremenda paliza, Maca se va a su chabolo a intentar descansar pero ve que los hijos de puta lo han quemado todo.
Busca un par de cartones y duerme en medio del descampado.
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