martes, 22 de marzo de 2022

CLAROSCURO (Historia real).

- Oscuridad:

Siento la espada de Damocles sobre mi.

Siento el devenir del tiempo, cómo tarda una eternidad en caer una gota de sangre. Autolesiones infligidas por la marca de la bestia. Pequeñas mutilaciones en mi piel en la que cada una significa un porqué.

Despido el año con sabor agridulce, podredumbre, canciones tristes agarrado a una botella de sinsabores, mientras baja el licor blanquecino de la absenta, la bebida de artistas perdedores.

Fumando un paquete de cigarrillos al día, uno por cada asco que me doy, encendiéndolos en la vela oscura, perdido entre volutas de humo.
Hace tiempo que fumando espero...

Vestido para un funeral, mi armario es digno del mejor de los entierros, De esos entierros que por fin llegan.

- Claridad:

Voy al entierro de mi propio funeral.

Un funeral solemne donde se acaban las autolesiones y se imprimen tatuajes en la piel de pruebas superadas.

Droga legal y absurda, atrás quedaron los años de alcoholismo frustrante, bebía mi última copa a la salud de mi salud.

Desecho la última tentación de Cristo, la morfina, que tantos quebraderos de cabeza me han dado últimamente. Asqueroso sabor a tierra quemada.

Siento que se acaba un año de victorias con una sola derrota, de las que duelen, de las que te hacen caer posiciones en la tabla.

Despierto de pesadillas recurrentes, conservo amigos los justos, ni me faltan ni me sobran, amistades de largos años, del barrio, de toda la vida. De esos que sabes que no te van a fallar nunca,


Ya entra el sol con todo su potencial, mi padre y mi madre o mi madre y mi padre, es lo mismo. Pilares insustituibles, con la paciencia de unos santos y el apoyo continuo. ¿No se merecen algo mejor? Y en ello estoy.







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