Soy modelo de pintura. Mis facciones son hermosas y mi cuerpo escultural.
Hoy toca posar para unos estudiantes universitarios de bellas artes. Será desnudo pero no tengo ningún complejo como ya he dicho mi físico es mi fuerte.
Mi rostro es angelical, mis músculos ligeramente marcados. Soy alto y de constitución atlética. Moreno con ojos verdes.
Poseo una atracción magnética en las mujeres y envidia entre los hombres. No hay mujer que no se quede ensimismada mirándome. Por eso acepté este trabajo.
Estoy deseando ver los resultados de mis retratistas.
Por fin ha acabado la clase. En la pizarra observo el objetivo del retrato: captar la esencia de la personalidad del modelo.
Me acerco a la profesora para que me deje ver alguna de las pinturas y observo con horror mi bello rostro desfigurado en la primera, mi cuerpo empequeñecido en la segunda, un ser fantasmal en la tercera.
Me angustio pero sigo viendo más pinturas hasta que no puedo más.
Me acerco al baño de hombres de la facultad y me tiro del pelo hasta arrancar un buen mechón, me pellizco hasta sangrar las mejillas, me desfiguro la nariz a puñetazos, me aprieto con los dientes los labios hasta hacerlos sangrar, me provoco una herida en el pómulo derecho golpeándome con el lavabo y con un rotulador me pinto en la frente la palabra:
FEO
Me miro en el espejo y soy feliz.
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