martes, 22 de marzo de 2022

TRILOGÍA DE LO MACABRO (Parte II).

ALARIDOS:

Cumplí mi parte. Maté a esa hermosa chica. Le destrocé su cara a machetazos y ahora me persiguen sus alaridos.

Me pagaron bien el trabajo y me facilitaron la tarea: sitio donde vivía, lugares que frecuentaba, donde trabajaba.
No fue difícil trazar el plan. Hice un seguimiento exhaustivo de sus movimientos en busca de la oportunidad.

No puedo decir la persona que me contrató para el trabajo pero debía de tratarse de una cruel venganza para las instrucciones que me dio.
Todo empezó en una fiesta donde conocí a esa despiadada persona. Me habló de infidelidades, de vejaciones, de maltrato, de bla, bla ,bla.

Para mi era un trabajo más.

Soy un matón a sueldo, un profesional sin alma ni corazón. La vida me ha hecho así.

Infancia torcida, humillaciones en el colegio, desidia en mi familia, alcohol y drogas a temprana edad.
Pasé hambre, miedo y necesidad de afecto.

Maté por primera vez con once años a un abusón de la escuela en una excursión. Ese hijo de la gran puta no paraba de revolverse mientras hundía su estúpida cara en aquel río.

Y de este cabrón nunca se me quedaron sus alaridos en mi cabeza.

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