jueves, 14 de abril de 2022

COCOLOCO

Neuronas tomando el sol en la playa, algas enredadera en forma de sinapsis, elixir inalcanzable por la gracia del cerebelo, pérdida de memoria por una piña colada, acción y efecto de pensar en las olas del mar, catarsis momentánea de efecto salino, curiosidad por el protoplasma dominical de primero lentejas, novedosas apariciones hormonales de segundo revuelto de ajetes, sustancia gris pidiendo salir a dar una vuelta de postre ciruelas.

Cuerpo calloso tomando su baño de sol, limítrofes tálamo e hipotálamo, platano, banana split. Globo pálido espumoso de 1978, para ponerte gocho, cócteles de sustancia blanca adornados con sombrillitas, hamacas te esperan para echarte un siestecilla y la Luna ya brilla. Encefalograma plano, tocando el piano y tu las maracas, conquistando La Habana de lado a lado, mientras yo nado entre lóbulos a varios lugares, juglares vestidos de tuna, aceituna como ninguna, arrasando la hipófisis, metamorfosis. Palmeras, sueño tropical, lorazepam y a dormir no más.

domingo, 10 de abril de 2022

INCENDIARIO

Mírate con esa cara de bueno y mírate dónde estás ahora. Ese gurú de la secta que te hablaba eras tú, ¡impostor!

Y qué me dices del despliegue de medios para tu nacimiento, eso ¿quién se lo va a creer? Lo que pasa que hice de las mías y quise que se creyeran que eras el elegido.

Claro, que tuviste una infancia demasiado buena, pese a que eras un bastardo. Tu padre nunca se creyó la ridícula historia que tu madre le contó de cómo se quedó embarazada. Cayó en depresión y años más tarde se ahorcó al escuchar sobre tus andanzas. ¿Fuiste al entierro? NO. Estabas con tu panda de amigotes de juerga por los pueblos. Por eso estás aquí.

Reclutaste a doce estúpidos pescadores a los que le diste falsas promesas. Y te compinchaste con Juan el que bautizaba a la gente y que también promovía un cambio. Hasta que le apresaron pero tú no hiciste nada por tu amigo. Uno menos que me hace sombra dijiste.

Vía libre predicar con las parábolas que salieron de un viejo libro que compraste en el mercado. Y hablabas del Reino de Dios. De pobreza, ¡venga ya! Si con el truco de los panes y los peces os hartabais de comer y de beber día si, día no. Todo robado a los pobres pescadores por tus discípulos.

Durante su predicación, alcanzó fama en la región como sanador y exorcista. Según su punto de vista, su actividad como taumaturgo anunciaba también el Reino de Dios. Fue acusado de borracho y comilón, amigo de publicanos y prostitutas, y de exorcizar con el poder del príncipe de los demonios. Sus familiares lo tuvieron por enajenado.

Pues claro que era yo el que le guiaba, de ahí tus famosos milagritos: sobre todo el de Lázaro. Flipaban viéndote caminar sobre el agua. Y lo de poner la otra mejilla... Me descojono todavía.

Y cuando echaste a los mercaderes del templo ibas hasta arriba de peyote. Cómo te gustaba divagar bajo sus efectos con tus criados.

Pero había que hacer una traca final para que los indecisos te creyeran.
Preparamos una última cena y conseguimos que Judas el Iscariote fuese tu chivato por 30 monedas de plata.

Pactamos que tu calvario fuese un paripé en el que los romanos entraron en el juego ya que Cayo Julio era un maestro del ilusionismo. La corona de espinas no era de espinas, los latigazos no eran reales, lo que sí tuviste que hacer fue cargar con la cruz y a mi señal caerte, para que te la llevara otro.

Poncio Pilatos estaba en el ajo y por eso se lavó las manos. Pagamos a la gente para que salvara a Barrabás y pidieran tu ejecución. Dicho y hecho, el otro paripé en la cruz fue ideado por el ilusionista Cayo Julio: los clavos en las manos y los pies. El romano que atravesó tu cuerpo con la lanza. Todo mentira. Simples trucos.

Lo mejor vino después cuando escoltado por los romanos te bajaron de la cruz inmediatamente. Se pudo emborrachar a José de Arimatea para que no fuera a por ti. Y te llevamos al sepulcro vigilado por compinches Romanos que te dieron comida hasta el tercer día que vino el milagro de la resurrección.

Te apareciste a tus acólitos y tuviste que pasar la prueba de Tomás que tuvo que tocarte y casi deshace el maquillaje de las heridas.

Despues vino el speech: proclamando «salvación eterna» a través de los discípulos, y posteriormente llamó a los apóstoles a la Gran Comisión, en el que los discípulos recibieron el llamado «para que el mundo conozca las buenas nuevas de un Salvador victorioso y la misma presencia de Dios en el mundo por el espíritu». «recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo» , que «se predicase en su nombre (del Mesías) el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén» y que «[a] quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos».

Y subiste hasta aquí a darme tributo, tu alma. Mía es y te condeno al Reino de los Infiernos. Vete de mi vista.