SOSPECHA.

Sospecho, sí, sospecho
que nunca me has querido
que frías dejabas las sabanas
cuando te ibas.

Sospecho, sí, sospecho
que nunca me has querido
que profunda es la herida
que me dejaste por tu olvido.

Sospecho, sí, sospecho
que nunca me has querido
que el rayo partió la rama
de tu corazón ennegrecido.

Sospecho, sí, sospecho
que nunca me has querido
que tus caricias eran zarpazos
y yo pensando que eran cumplidos.

Sospecho, sí, sospecho
que nunca me has querido
que la canción más triste del mundo
no está ni de lejos lo que sentido.

Sospecho, sí, sospecho
que nunca me has querido
que otra mujer calentaba esas sábanas
teñidas ahora de oscuro destino.

Sospecho, sí, sospecho
que nunca me has querido
que el roce hace el cariño
y de ti ni de lejos lo he percibido.

Ya no sospecho, querido mío
ya es una realidad que te has ido
dejándome partido el alma
en un suspiro.