martes, 1 de junio de 2021

DELICTIVA Y POLICIAL

DELICTIVA Y POLICIAL

Me gusta comparar mi carrera delictiva con el rugby, nada de mariconadas de football americano. Soy el que está en la mejor posición. Me pasan el balón y echo a correr como una liebre. Nadie me puede atrapar.

Me  gusta  comparar  mi  carrera  policial  como  el  rugby,  nada  de  shows americanos de football. Estoy en desventaja, pero intuyo hacia quién va el balón. Siempre los placo y acabo agarrándolos.

Por si no lo habéis adivinado somos gemelos. No mellizos. Somos idénticos. Salvo en que habréis notado que uno está hecho para disfrutar del mal y otro tiene el deber de preservar el bien.

Nunca nos hemos encontrado de frente, en el mismo territorio, en la misma cancha  y  por  supuesto  nunca  en  el  mismo  partido.  Decidimos  caminos diferentes, formas de vida muy distintas y en polos opuestos de España.

 

Y por las noches sentimos dolor y pena por no poder estar el uno con el otro.

 

Yo planeé al milímetro el atraco; y yo, personalmente, organicé el operativo de búsqueda y captura. Todo comenzó a ir mal. Íbamos por mal camino. Recordé  el  atraco  en  aquella  joyería  del  Centro  Comercial,  esto  es  una emboscada, saben que estamos aquí. Recordé aquel atraco en aquel banco junto al Centro Comercial de la Avenida, íbamos muy por delante de ellos pero algo salió mal y se escaparon. Tenemos una puta chivata. Tenemos un confidente  dentro. Mi  orden  de  dar  marcha  atrás,  de  huir  de  allí  llegó demasiado tarde. Mi  orden  de  dar  luz  verde  en  el  preciso instante  dio  sus frutos. La persecución fue de antología. Uno de ellos me obligó montar en el coche para darle caza. Se anticipaba a mis maniobras. Se anticipaba a mis maniobras. Me causó impresión su manejo del buga. Me causó impresión su pericia al volante. De repente una fila de niñatas que iban al colegio me hizo girar bruscamente hasta estamparme y perder el conocimiento. Tuve la suerte de que una fila de colegiales se cruzó en su camino y tuvo que dar un volantazo con consecuencias casi letales para ambos.

 

Habitación  de  hospital,  me  despierto,  mi  mano  izquierda  esposada  a  los barrotes, me  duele   hasta   para   respirar. Habitación  de  hospital, me despierto, espero que ese cabrón esté tan magullado como yo. Le digo al que  custodia  la  puerta  que  quiero  hablar  por  teléfono.  Le pido  al compañero que me acerque el móvil. No es mi móvil pero recuerdo a la perfección el número. No me dan mi teléfono porque quedó destruido por la embestida de mi coche pero me sé el número de memoria. El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura. El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura. Entonces llamo a mi madre. Se me ocurre llamar a mi padre. Sí lo he oído en las noticias mi neno - dice mi madre - esta vez pasarás un buen tiempo a la sombra. Estoy muy orgulloso de ti, niño - dice mi padre - te has jugado la vida por tu honor y tu lealtad y has conseguido por fin atraparle.

Prisión de alta seguridad de A Coruña. Estoy encerrado con los F.I.E.S.  (Fichero de Internos de Especial Seguimiento), no puedo  ir  ni  a  cagar  si  un  funcionario  pegado  a  mi  culo.  Prisión  de  alta seguridad de A Coruña. Voy a ver al recluso que está en el módulo de los F.I.E.S. (Fichero de Internos de Especial Seguimiento), por fin le cogieron. Sala de  comunicaciones, tengo visita y voy esposado hasta las cejas. Sala de comunicaciones, voy de visita, está bien custodiado el muy cabronazo. Hola, hermano.  Hola  hermanito.  Lo  he  visto  en  la  tele,  menudo  hostión  te pegaste.  ¡Pues  anda  que  tú!  Vaya  manera  de  cogerte,  lo  leí  en los periódicos. ¿Te hubiera gustado haber sido tú, verdad? Te equivocas, mi objetivo era otro. ¿No te alegras de que me pillaran, de que esté aquí, del tiempo de condena? Claro que me alegro, así dejarás de hacer el gilipollas por un largo período de tiempo. ¿Y qué ha pasado con tu objetivo? Está en el hospital de la cárcel de máxima seguridad de Almería. Eres un máquina hermano.  Y  tú  un  desgraciao,  pero  te  quiero  hermanito.  Yo  también te quiero. Cuídate hermano. Lo mismo te digo.




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