domingo, 30 de mayo de 2021

EJERCICIO CREATIVO: CREAR UN TEXTO SOBRE OTRO TEXTO


Unamuno, fragmento Del sentimiento trágico de la vida

Es una cosa terrible la inteligencia. Tiende a la muerte como a la estabilidad de la memoria. Lo vivo, lo que es absolutamente inestable, lo absolutamente individual, es, en rigor, ininteligible. La lógica tira a reducirlo todo a entidades y a géneros… La identidad, que es la muerte, es la aspiración del intelecto. La mente busca lo muerto, pues lo vivo se le escapa: quiere cuajar en témpanos la corriente fugitiva, quiere fijarla… Para comprender algo, hay que matarlo, enrigidecerlo en la mente. La ciencia es un cementerio de ideas muertas, aunque de ellas salga la vida.


Nos he condenado

Yo nunca quise provocar tal desastre, simplemente, jugué a ser un Dios sin comprender las consecuencias. Si alguien me hubiese dicho que intentar curar el cáncer me llevaría a la inevitable destrucción de la humanidad… jamás lo hubiese hecho.

No se puede buscar la inmortalidad, no después de haber visto lo que he visto; no debí haber creado aquel monstruo a partir de aquellas células madre… tremenda equivocación.

Debe ser verdad que para comprender algo hay que matarlo, porque nos he condenado… sí… nos he metido a todos y cada uno en un mismo saco.

¿Crear un ser inmortal? ¿En qué demonios estaba pensando? Ahora no hay marcha atrás… las gentes se han vuelto locas y no tardarán en dar caza a esta… cosa. Pobres ignorantes… corren como zombis hacia la vida eterna, persiguen alcanzar aquello que generación tras generación se busca y no se encuentra… pero no saben que ese es el mismísimo fin.

He necesitado ignorar la Ley de Dios para por fin entenderlo, al fin he encontrado sentido a la vida, a la existencia: el ser humano nace para morir… si negamos aquello que nos hace únicos, aquello que nos da las ganas y las fuerzas de atravesar obstáculos, analizar problemas, intentar encontrar la felicidad… aquello que nos hace vivir… estaremos sumergiéndonos en el odio, la avaricia y la pérdida del interés absoluto por el mundo. Sin muerte ya no hay vida, porque el ser humano ya no tendría motivos para estar vivo.

¡Mierda! Se acabó el juego. Ya están aquí… van a encontrarme. No sé cómo explicarles que he destruido mi experimento, que lo he escondido de la codicia… ¡Qué irónico! Van a tratar de matarme para buscar el elixir de la vida, pero, de esa manera, volverán a encontrarse con la muerte, como debe ser. Si me matan, nunca sabrán dónde está. Si me matan, nos habré salvado.


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