lunes, 31 de mayo de 2021

SEXTO TRABAJO: MINICUENTO

 LA FUGA PERFECTA

Todo calculado al milímetro sobre el plano. Todos repitiendo lo que cada uno tiene que hacer. Y el resto todo controlado: apertura de las jaulas, puntos ciegos de las cámaras, la hora del café de los vigilantes, la salida despejada. Nada puede salir mal. Queda un minuto y pronto seremos libres otra vez.

Liebre da la señal, perro guía se abre paso y abre la puerta con cautela, loro vigila ahora desde el aire, los demás nos alineamos para salir en tropel. Serpiente de cascabel da la señal de salida. Perro guía va el primero sin quitarle el ojo a Loro. Tortuga se queda atrás junto a peces de colores. Llega mi amo a la hora acordada con ayuda. Cargan con el resto de compañeros. Loro se reúne con nosotros. Nos dirigimos a la salida de emergencia. Activamos la alarma de incendios y la puerta se desbloquea. Estamos todos. Jugada maestra.

La fuga ha sido un éxito. Lo celebramos a nuestra manera. Nos meten con cuidado en los coches para llevarnos a nuestras casas, nuestro hábitat, el bosque, la naturaleza.

Perro guía me hace señas. Algo va mal. Perro guía está muy nervioso. Este no es el camino. Empieza a pasar gente al lado de los coches, hay tiendas de frutas, de ropa, etc. Esto no es lo que acordamos.

Nuestros amigos nos han vendido... Pero ¿y mi amo? Le muerdo en señal de protesta.

Ahora vivo en la perrera.

No os fieis nunca de los humanos, os lo digo por experiencia.




QUINTO TRABAJO: POESÍA

SOY COMO LOS DEMÁS

Aunque me insulten

Aunque se burlen

Soy como los demás


Aunque me peguen

Aunque se rían de mi

Soy como los demás


Aunque me ignoren

Aunque no quieran saber de mi

Soy como los demás


Aunque me duela

Aunque me equivoque

Soy como los demás


Aunque les odie

Aunque les vaya a matar

Soy como los demás




CUARTO TRABAJO: POESÍA.

QUERIDA MUERTE; QUERIDA


Ninguna persona lo sabe, ¿qué hay después de la muerte?

Ninguna persona vuelve de ella, al menos en la vida real.

Ninguna persona debería perder la vida, ¡es tan hermosa!

Ninguna persona debería sufrir una agonía como tal.

Ninguna persona debería sentir el final de sus días.

Ninguna persona debería abandonar su cuerpo, perder su alma.

Me encanta torturar animales.

domingo, 30 de mayo de 2021

EJERCICIO CREATIVO: CREAR UN TEXTO SOBRE OTRO TEXTO


Unamuno, fragmento Del sentimiento trágico de la vida

Es una cosa terrible la inteligencia. Tiende a la muerte como a la estabilidad de la memoria. Lo vivo, lo que es absolutamente inestable, lo absolutamente individual, es, en rigor, ininteligible. La lógica tira a reducirlo todo a entidades y a géneros… La identidad, que es la muerte, es la aspiración del intelecto. La mente busca lo muerto, pues lo vivo se le escapa: quiere cuajar en témpanos la corriente fugitiva, quiere fijarla… Para comprender algo, hay que matarlo, enrigidecerlo en la mente. La ciencia es un cementerio de ideas muertas, aunque de ellas salga la vida.


Nos he condenado

Yo nunca quise provocar tal desastre, simplemente, jugué a ser un Dios sin comprender las consecuencias. Si alguien me hubiese dicho que intentar curar el cáncer me llevaría a la inevitable destrucción de la humanidad… jamás lo hubiese hecho.

No se puede buscar la inmortalidad, no después de haber visto lo que he visto; no debí haber creado aquel monstruo a partir de aquellas células madre… tremenda equivocación.

Debe ser verdad que para comprender algo hay que matarlo, porque nos he condenado… sí… nos he metido a todos y cada uno en un mismo saco.

¿Crear un ser inmortal? ¿En qué demonios estaba pensando? Ahora no hay marcha atrás… las gentes se han vuelto locas y no tardarán en dar caza a esta… cosa. Pobres ignorantes… corren como zombis hacia la vida eterna, persiguen alcanzar aquello que generación tras generación se busca y no se encuentra… pero no saben que ese es el mismísimo fin.

He necesitado ignorar la Ley de Dios para por fin entenderlo, al fin he encontrado sentido a la vida, a la existencia: el ser humano nace para morir… si negamos aquello que nos hace únicos, aquello que nos da las ganas y las fuerzas de atravesar obstáculos, analizar problemas, intentar encontrar la felicidad… aquello que nos hace vivir… estaremos sumergiéndonos en el odio, la avaricia y la pérdida del interés absoluto por el mundo. Sin muerte ya no hay vida, porque el ser humano ya no tendría motivos para estar vivo.

¡Mierda! Se acabó el juego. Ya están aquí… van a encontrarme. No sé cómo explicarles que he destruido mi experimento, que lo he escondido de la codicia… ¡Qué irónico! Van a tratar de matarme para buscar el elixir de la vida, pero, de esa manera, volverán a encontrarse con la muerte, como debe ser. Si me matan, nunca sabrán dónde está. Si me matan, nos habré salvado.


TERCERA PUBLICACIÓN: CUENTO

 La película de su vida

Arturo es un niño con padres veganos que quiere comer tanto y como los demás. Hoy es su cumpleaños, así que va a invitar a todos sus amigos al cine y, lo más importante, sin protección paterna.  Ha dibujado diferentes tarjetas de cumpleaños para todos a los que quiere ver ese día, Sonia, Lucía y Pedro. Además, les ha especificado en ellas que deben llevar chuches y comida chatarra (requisito importante).

La fiesta de cumpleaños será alrededor de las 18:00, porque las películas infantiles comienzan a esas horas, aunque, él, en realidad, tiene otros planes: este mes estrenan una nueva película de terror que no es apta para menores de edad, así que sería perfecta para su día especial.

A las 17:50 la madre de Arturo llega al edificio donde se encuentra el cine, pero no le deja solo hasta que puede ver al resto de padres llevando a sus respectivos hijos. Con el paso de los minutos, los invitados al cumpleaños comienzan a llegar con grandes bultos en los bolsillos. “Seguro que ni lo notan”, piensa Arturo.

—Muy bien, Arturo —dice la madre mientras le acaricia la coronilla—. Los padres y yo nos vamos a la cafetería que hay en frente, así que nos veremos aquí cuando haya terminado la película. Te he dejado el dinero en la mochila junto al móvil de emergencia. —señala a su espalda—. Lo he dejado en silencio para que no os moleste en la sala, así que no lo uses hasta que necesites llamarme.

—¡Adiós, chicos! —gritan los padres casi al unísono—.

El plan va sobre la marcha, están todos listos para, por fin, ver una película de mayores y atiborrarse a comida basura. “Es el mejor cumpleaños de la historia”, no deja de repetirse Arturo a sí mismo.

—4 entradas para La noche infernal, por favor.

—¿Cuántos años tenéis, niños? —pregunta el taquillero con una sonrisa burlona—.

—Casi cumplimos los 18, nos faltan unos meses —intenta mentir Arturo—.

—Lo siento, pero no os puedo vender estas entradas —le ofrece los tickets para El cisne y la tortuga en su lugar—.

—Bueno… gracias —le da el dinero de su madre y se va enfadado a la zona de los pasillos—.

Arturo, Sonia, Pedro y Lucía están de mala gana porque no pueden ver la película de la que habían hablado las otras tardes en el recreo, y deciden sentarse en el suelo junto a una de las papeleras que hay cerca de las puertas de las salas a esperar a que termine la última sesión.

—¡No te desanimes, hombre! —grita entusiasmado Pedro—. Tenemos muchas chuches.

—¡Eso, eso! —asiente Sonia—. Vamos a comernos todo para que nuestros padres no se den cuenta de los envoltorios.

—Nosotros hemos traído un poco del bizcocho de nuestro padre, creo que es de chocolate —dice Pedro sacando una bolsa del bolsillo de su hermana Lucía—. Tomad, hemos cogido para cada uno.

Pasa el tiempo y la última sesión aún no ha terminado, pero ellos, con todas las guarrerías, prácticamente. Los minutos no avanzan y están cansados, ya no saben qué hacer.

—Ay… chicos, me siento muy rara —dice Sonia mientras se sujeta la cabeza—. Me estoy mareando.

—Si… yo también —le responde Arturo mirando al suelo para no vomitar—.

De pronto, las puertas se abren y comienza a salir una cantidad inmensa de niños gritando, pataleando y riendo; todos los padres están atrás con caras de cansancio y aburrimiento.

—Venga, chicos. Entremos —dice Lucía—.

Como no había nadie esperando con ellos, deciden sentarse en la parte de atrás como los mayores, así podrían hablar sin que nadie les mande callar. Sin embargo, no parece que vaya a ser el caso, ya que no entra nadie más. Están completamente solos.

—Chicos, esto es muy raro, ¿por qué no hay niños? —pregunta preocupado Arturo—.

—No lo sé, pero me estoy empezando a poner nerviosa, creo que estoy oyendo algo —dice Lucía mirando a todas partes para averiguar de dónde procede ese ruido—.

La sala, de repente, se pone oscura y empiezan a parecer imágenes en la gran pantalla del fondo. Aunque, a todos les parece raro, porque las imágenes están distorsionadas y hacen sonidos muy extraños.

—Chicos, esto no es normal, ¿nos hemos equivocado de película? —dice Arturo desde su butaca—.

Sin verlo venir, se oye una gran explosión, y los chicos gritan y salen disparados de sus asientos ante el miedo.

—¿Qué ha sido eso? —grita sin parar Pedro—.

—¡Madre mía, madre mía! —llora Lucía—.

En la pantalla gigante que alumbra la sala, los niños advierten una cara arrugada haciendo muecas que parece estar mirándolos a todos, uno a uno. Tienen mucho miedo y quieren salir de allí, así que deciden bajar corriendo de la última fila y marcharse por la puerta por la que han entrado.

—¡Está cerrada! ¡No puedo abrirla! —grita sin consuelo Pedro—.

—¡Esta también! —chilla Arturo desde la puerta del otro lado—.

Sin saber qué hacer, se abrazan todos juntos en un rincón sin poder parar de temblar. Es cierto que querían vivir una experiencia de mayores, pero no de esta forma, esto ya no hace gracia. Justo cuando los 4 chicos están desesperados y llorando debajo de las primeras butacas que se pueden apreciar al entrar, alguien abre una de las puertas.

—¿Qué hacéis ahí metidos? —pregunta extrañado un trabajador del cine—. Salid de ahí, ha habido un cortocircuito y no se puede proyectar la película, avisad a vuestros padres para la devolución del dinero y pedir disculpas.

Los niños, asustados, echan a correr en dirección a la puerta dando un empujón terrible a ese pobre hombre. Cuando consiguen salir de ahí, Arturo coge el móvil de su mochila y envía un mensaje a su madre, ya que está tan asustado que cree haberse quedado sin voz para llamar.

A los diez minutos, llegan todos los padres sin entender por qué les habían avisado tan rápido, y comienzan a hablar con quien les había abierto la puerta de la sala de cine. Arturo, Sonia, Lucía y Pedro, mientras tanto, se abrazan entre ellos aliviados de haber podido salir de aquel terrible sitio.

Esa misma noche, todos se van a dormir a las camas de sus padres, están demasiado aterrorizados por ese cumpleaños; nunca más volverán a intentar ver una película de mayores, es demasiado peligroso.

—Nena, ¿puedes venir a la cocina? —pregunta desde la estantería de los dulces el padre de Pedro y Lucía—.

—Sí, dime, cielo —le responde sonriendo la madre—.

—¿Te has comido tú el último trozo del bizcocho de maría que hizo mi primo?




 

 

 

lunes, 24 de mayo de 2021

SEGUNDA PUBLICACIÓN: CUENTO

 EL MISTERIOSO CASO DEL CENTOLLO ASESINADO

Restaurante "El Mar de Galicia". 5:30 horas de la mañana. Una furgoneta de reparto para en la entrada y un sujeto baja con unas cajas blancas de corcho. Allí estoy yo, el detective Bogavante, me trasladan para un nuevo caso. Ya estoy en el lugar del crimen, todos son iguales, una pecera grande con varios sujetos y todos parecen culpables. Mi ayudante el Cigala, me pone al corriente de la situación: muerte por mordiscos de un Centollo.

El cuerpo aún flota en el agua, presenta síntomas de lucha, una pata rota, duró poco, el ataque fue brutal. Esta vez he tenido suerte de poder verlo in situ. Hora de la muerte las 22:30.

- ¿Quién descubrió el cadáver, querido amigo y compañero?

- Su viuda en torno a las 23:30.

Mi compañero y yo comenzamos la investigación por la viuda que se encuentra al lado de donde yace su marido:

- Relátenos que ocurrió la noche de autos.

- Pues mire señor detective, yo me quedé en casa, allí entre ese castillo en ruinas, pero mi Antonio salió a pasear como todas las noches.

- ¿Sobre qué hora?

- Salió a las 22:00 como siempre.

- ¿Tenía algún enemigo, alguna cuenta pendiente?

- No, que yo sepa.

- Prosiga.

- Y alarmada por la hora que era ya, salí a buscarle y me lo encontré ya flotando. Pensé que estaba haciendo una de sus bromas de mal gusto pero en cuanto me acerqué noté que no se movía, le tomé el pulso y ya... (Se echa a llorar).

- No se preocupe, daremos con él o los responsables de la muerte de su marido.

Me dirijo hacia donde está mi compañero:

- Querido amigo (señalando hacia unas rocas cercanas a su compañero el Cigala) es hora de investigar a los posibles sospechosos.

- Qué le parece si empezamos por ellos (señalando al mismo lugar que el detective Bogavante).

En el lugar donde habían señalado se hallaban unos Carabineros medio escondidos:

- Buenos días.

- Buenos días inspector (respondieron todos al unísono).

- ¿Dónde estaban ustedes entre las 21:00 y las 23:00 de ayer?

Contestan todos al unísono otra vez:

- Estábamos jugando una partida de mus entre aquellas rocas de allí.

- ¿Conocían la costumbre del señor Centollo de ir a pasear sobre esa hora?

- (Al unísono, de nuevo) Sí, inspector, esto es un pueblo muy pequeño y nos conocemos todos.

- Gracias por su colaboración, pueden retirarse.

Mi compañero y yo nos separamos del lugar:

- ¿Qué opina inspector? - pregunta su ayudante el Cigala.

- De momento sólo que éste es un lugar pequeño y que pudo ser cualquiera. Vayamos allí donde están las Nécoras.

Ambos se dirigen hacia una zona frondosa llena de una especie de algas donde agazapadas están las Nécoras.

- Buenos días.

- Buenos días - contesta la más enorme de las Nécoras a modo de portavoz.

- ¿Dónde se encontraban ustedes a eso de las 21:00 horas y las 23 horas de ayer?

- Nosotras estábamos haciendo calceta y no nos movimos de aquí.

- Y vieron algo sospechoso, algo fuera de lo común.

- Pues mire ahora que lo dice, ayer sobre las seis de la tarde, vimos discutir a la señora Langosta con el susodicho.

- Muchas gracias, ya puede volver con el resto de sus compañeras.

La pesada Nécora se aleja.

- Señor Cigala, ¿dónde se encuentra la Langosta?

- Señor, desaparecida.

- Eso quiere decir...

- Exacto, señor inspector.

- ¿Quién falta entonces por declarar?

- Pues no se lo va a creer señor, pero hay un paisano suyo.

- ¿Dónde?

- Allí en esa esquina.

- Vamos para allá.

- Ernesto? - dice el Bogavante que estaba en la esquina.

- Gabriel? ¡Qué pequeño es el “mar”! ¿cierto?

- Así es.

- Querido amigo sabe por qué estamos aquí, ¿verdad?

- Sí

- Entonces sabrás lo que te voy a preguntar, ¿no?

- Claro, yo estaba de paseo también y me crucé con el señor Centollo, le di las buenas noches y proseguí mi camino. Por cierto, me pareció ver al señor Nécora y los Carabineros charlando amigablemente cuando se llevan fatal.

- Quieres decir… ¿cómo si estuvieran tramando algo?

- Algo así.

- Gracias Gabriel nos has sido de gran ayuda.

Se despiden amigablemente.

- ¿Le cree inspector? – pregunta con cierta curiosidad el Cigala.

- Aquí nadie ha dicho una puñetera verdad en todo el tiempo que llevamos aquí.

- ¿Cómo lo sabe?

- Es fácil, ¿se acuerda del caso del triple homicidio de las gambas?

- Como para olvidarlo...

- Ya tenemos al asesino del señor Centollo.

- ¿Pero está usted seguro?

- Como el agua cristalina de esta pecera.

- Reúna a todos y todas en la plaza del barco hundido y se lo demostraré.

- De acuerdo inspector.

Y así lo hizo el Cigala, en la plaza estaban todos los habitantes del pueblo.

El inspector Bogavante empezó su disertación sobre lo ocurrido:

- Estamos aquí reunidos por un motivo, la codicia. Ninguno de ustedes ha sido franco conmigo. ¿Por qué mienten todos? Es muy fácil porque el motivo de la muerte y su asesino o asesinos tenía la certeza de que...

No pudo proseguir ya que una red le capturó y le hizo desaparecer de aquella hermosa pecera.

En cuanto al Cigala, acabó siendo atacado por todos los habitantes e irremediablemente falleció llevándose también consigo el misterioso caso del señor Centollo.



PRIMERA PUBLICACIÓN: CUENTO

 

EL MEJOR FESTIVAL DE MI VIDA

 

“Suena un pitido agudo en mis oídos que va en aumento. Siento calor por todo el cuerpo.

Me duele la cabeza como si alguien me estuviera dando con un mazo. Estoy desorientado.

Esta es sin duda la peor resaca de mi vida”.

 

Fundido a negro.

 

Jorge, Javier, Jose y Juan están esperando el tren que les va a llevar hasta Alcalá de Henares para asistir al XI Glam Rock Festival. Están entusiasmados porque acaban de cumplir los dieciocho todos y al fin sus padres les han dejado ir. Mientras esperan bromean entre ellos.

-          Todavía no me lo puedo creer, chavales – dice Jorge

-          Pues créetelo maricona, vamos rumbo al mejor festival de rock del año – dice Jose

Sacan una botella de champán del caro y empiezan a beber uno a uno, a morro,  pasándose la botella.

-          ¡Buah, chaval! Sabe a gloria esto – dice Juan

-          Estoy deseando ver a los Glam Two Three, Four – dice Javier

-          Pues a mi me han dicho que unos que se llaman Los Fiambres no están nada mal – comenta Jose

-          ¡Otra ronda, chavalada! – exclama Javier

 

Fundido a negro.

 

María, Miriam, Marta y Mónica están dentro del tren y también acaban de cumplir los dieciocho años, excepto, Mónica que tiene diecisiete aún. También se dirigen al XI Glam Rock Festival de Alcalá de Henares. Ven subir a Jorge, Javier, Jose y Juan en la estación de Atocha.

-          ¿Habéis visto que pintas llevan esos? – dice Miriam dirigiéndose a nuestros chicos

-          Pues a mi me mola – dice Mónica

-          ¡Pero si van más pintados que nosotras, tía! – exclama Marta

-          Maricones, seguro que son todos maricones – dice María

-          Pero si vamos a un festival de glam rock, no tenéis ni puta idea – dice Mónica con un tono de enfado.

-          Vale, tía, no te mosquees, encima que vamos por ti. A mi donde esté Pablo Alborán… - dice María medio suspirando

El resto suspira a la vez que María.

 

Fundido a negro.

 

Vemos a un grupo de cinco tipos que aparentan unos treinta y tantos con pintas de macarras, son Los Fiambres que también van en el tren porque son una banda que acaba de empezar y les ha tocado subir con todos los bártulos: guitarras, un bajo y un juego de platos de batería, todo en sus respectivas fundas.

-          Estoy hasta los cojones de tener que cargar con todo el equipo cada vez que nos sale un bolo fuera – dice indignado Néstor, cantante y líder de la banda.

-          No me jodas, Nes, que esto no es un bolo cualquiera, que esto va a ser nuestro pasaporte al estrellato – dice Nacho, bajista de la banda

-          Sí tron, pero a ver si pillamos un manager para no tener que ir siempre así, que sólo nos falta la cabra – responde Nino, guitarra de la banda.

-          Pues yo estoy de acuerdo en lo del manager, colegas – dice Nando, el otro guitarra de la banda.

-          Eso, eso, joder… Que yo estoy hasta el culo de llevar las herramientas por la calle, que parezco Manolo el del bombo – dice Naím, obviamente el batería de la banda.

 

Fundido a negro.

 

Nuestros chicos y chicas acaban de llegar al recinto. Mientras tanto vemos a Los Fiambres con sus bártulos a cuestas hacia la zona de camerinos.

El recinto es grande, al aire libre en una explanada gigante, donde hay tres escenarios, puestos de merchandising, varios puestos para comer y beber y la zona de acampada.

El primer concierto es a las 16:30 horas, tocan Los Fiambres, que ya están probando sonido.

Todavía queda una hora para que empiece oficialmente el XI Glam Rock Festival. Cosa que aprovechan nuestros chicos y chicas para comer y beber un poco para tener fuerzas y darlo todo en los conciertos.

-          Paso, paso, que mancho – advierte Jose mientras se abre paso con unos minis de cerveza.

-          Joder, qué de gente y eso que todavía no han empezado los conciertos – se queja Javier que lleva unos bocatas.

Jose tropieza con Mónica y le mancha la camiseta de cerveza.

-          Mierda – exclama Mónica

-          A ver si miras bien por donde vas nenaza – le increpa María que va con ella

-          Eso tiene fácil solución, que se quite la camiseta – dice Jose sarcástico

-          A ti lo que te pasa es que eres un cerdo – vuelve a intervenir María

Javier intenta tranquilizar los ánimos cuando se da cuenta de que la camiseta de Mónica es del mismo grupo que la que lleva él puesto.

-          Tranqui chicas, por cierto, ¡te gustan los Glam Two Three Four como a mi! Pues he visto unas camisetas muy chulas en un puestecillo que hay cerca de aquí, si quieres te podemos compensar comprándote una – dice Javier entusiasmado con la idea.

-          No, gracias, no pasa nada. Es que me gusta mucho esta camiseta – dice agradecida Mónica.

-          En serio, he visto una de los Glam Two Three Four que seguro que te mola… Vamos que yo me la voy a pillar – insiste Javier.

-          Bueno… Por mirarla no pierdo nada. Pero ya te digo yo que esta camiseta es insustituible – dice Mónica sin demasiado entusiasmo.

-          Guay, por cierto me llamo Javier ¿y tú?

-          Mónica.

 

Fundido a negro.

 

Los Fiambres ya están preparados en el escenario más pequeño para empezar con su show. Van ataviados con unas capas negras y están dando la espalda a la poca audiencia que hay. Se hace un silencio que parece eterno. El público empieza a abuchearlos cuando de repente se escucha: ¡un, dos, tres GLAM! Acto seguido la banda se da la vuelta y descubrimos que llevan caretas de los Kiss, cada uno de los de la formación original y comienza una demoledora canción de apenas dos minutos y medio que empalman con otra que sigue a las mismas revoluciones que la primera. Cuando llega el final, se quitan las capas y las caretas y Nes grita:

-          Buenas noches putitas, somos Los Fiambres, ¿quién tiene hambre de rock and roll? ¡No os oigo cabrones! ¿Quién tiene ganas de rock and roll?

Entre el público están nuestros chicos y nuestras chicas gritando a la vez. Vemos que Javier y Mónica lucen camiseta nueva.

Fundido a negro.

 

Ya en el camerino.

-          Buah, chavales vaya pedazo de concierto que nos hemos marcao, que no? – dice Nes completamente empapado en sudor

-          Bueno – dice Nino – no te flipes tanto Nes que había cuatro gatos de público

-          Eso, eso – increpa Naím

-          Éste como siempre en los mundos de Yupi – apuntilla Nacho

-          ¿Habéis visto como me comía con los ojos la rubia con pinta de pija? – dice Nando refiriéndose a una de nuestras chicas, Miriam.

De repente alguien llama a la puerta del camerino, es Miriam.

 

Fundido a negro.

 

Se acerca el final de fiesta esperado por todos: la actuación de Glam Two, Three, Four en el que se rumorea va a ser el último concierto de la banda. Juan se acerca junto con Marta que lleva una camiseta de Los Fiambres autografiada por toda la banda, menos uno, a la barra de uno de los puestos a pillar bebida antes de la traca final. Allí se encuentran con Nes, que está haciendo lo propio.

Nes va hacia Marta.

-          Bonita camiseta. Que quieres tomar, invito yo.

-          (Nerviosa) Es que vengo con un amigo y…

-          (Le corta Nes) ¿Qué pasa que él no sabe pedir solito o qué?

-          (Cada vez más nerviosa) No si es que…

-          (Vuelve a cortarle Nes) Pues no se hable más, ¿que quieres morenaza?

Juan que está escuchando la conversación perfectamente interrumpe.

-          Para empezar, chaval, la chica ha venido conmigo. Segundo, puedo pedir yo solito, así que gracias pero no hace falta que la invites pues para eso estoy yo, Y tercero, vuestra banda es una puta mierda.

 

Fundido a negro.

 

El apoteósico concierto de los Glam, Two, Three Four ha dejado exhaustos a nuestros chicos y chicas que han estado viendo el concierto juntos. Y un poco más apartados los chicos de Los Fiambres excepto Nando. Durante uno de los pogos Nes y Juan se han picado otra vez y han tenido que separarlos entre sus amigos. Ambos tienen un ojo hinchado y cortes en el labio.

 

Fundido a negro.

 

Son las seis de la madrugada, el festival terminó hace tiempo pero parece que los chicos de Los Fiambres decidieron prolongarlo por los garitos de la zona. En uno de ellos da la casualidad que se encuentran con un tipo alto con chupa de cuero y gafas de rock star. Oímos lo que están hablado.

-          Como os lo cuento, me ha gustado mucho vuestro bolo y en mi discográfica necesitamos sangre fresca, ¿que os parecería sacar un disco en unos seis meses? – les propone el tipo

Los Fiambres alucinan ya que el tipo alto es Johnny “el Seco” cantante y líder de los Glam, Two, Three, Four y mandamás de una de las mejores discográficas del país.

 

Fundido a negro.

A las siete de la madrugada nuestros chicos y chicas, que también han prolongado la fiesta por los garitos de Alcalá de Henares ya están bastante borrachos y deciden encaminarse hacia el tren.

A su vez, Los Fiambres también se dirigen hacia el tren. Van “cargados de alcohol” y llevan como pueden sus bártulos, casi arrastrándolos por el suelo pero con unas sonrisas de oreja a oreja.

 

Fundido a negro.

 

Nuestros chicos y chicas, ya en el tren, van haciendo resumen de lo bien que se lo han pasado.

-          Y entonces empieza a vacilar al del puesto. Va y le dice: “Oye tú, ¿nos haces un dos por uno en esa camiseta de los Glam Two Three Four? – está comentando Mónica – y va el del puesto y le dice ”¿y por qué no se las compras a tu puta madre en el Carrefour que allí sí que hacen tres por dos para subnormales como tú?

Se empiezan a descojonar todos en grandes carcajadas.

-          Total – termina diciendo Mónica – que éste (señalando a Javier) se quedó parado, to rojo y me dice: “Vámonos a otro puesto que tengan más educación”

Javier se vuelve a poner rojo y asiente con la cabeza.

-          Uy, eso no es nada – dice Miriam – la cabrona de Marta se apostó conmigo un mini de ron con piña colada a que no era capaz de ir hasta el camerino de Los Fiambres y pedirles una camiseta firmada por todos.

-          ¿Y qué hiciste para conseguirla so guarra? – le pica María.

-          Nada, todos se portaron muy bien y empezaron a firmar la camiseta hasta que uno se puso chulo.

-          Nooo – dice Juan – seguro que fue el cantante.

-          Te equivocas fue uno de los guitarristas de la banda,  el de la cinta en el pelo – les aclara Miriam.

-          Nando – dice Marta.

-          Pues ese… Y va y me dice que si quiere que le toque algo, que si el mástil de la guitarra no se qué… ¡Total! Que empezó a acercarse con muy malas intenciones y yo cogí lo primero que había allí por banda, que luego resultaron ser unos platillos y le endosé las doce campanadas de Nochevieja que va a estar escuchándolas varios días.

Otra vez inundan el vagón de carcajadas.

-          Esperad, esperad, ¿no os habéis dado cuenta de la cara tan bonita que lleva Juan? – se cachondea Jorge – ¡cuenta campeón!

Juan empieza a relatar los hechos con pelos y señales.

-          Y cuando le dije que su banda era una puta mierda el muy imbécil viene a por mi con cara de mala  hostia y ya me conocéis, no me gusta abusar…

-          Pero si no llevas ni seis semanas en el gimnasio – le increpa Jorge.

-          Lo suficiente para darle una buena manita de hostias – dice Juan

-          ¿Pero tú te has visto la cara? – le dice Javier – si estás hecho un cristo!

-          Eso fue en el pogo del concierto que me pilló a traición el muy hijoputa – se defiende Juan

-          ¡Venga ya! – dice Marta, ¡ni que fuera yo un trofeo! ¡Fue patético! Iban los dos moñas perdidos y no hacían más que insultarse y empujarse, hasta que en una de esas se cayeron los dos al suelo y por eso tienen la cara así los dos, por idiotas.

Otra vez carcajadas.

-          ¿Y qué me decís del conciertazo de los Glam, Two, Three, Four? – dice Mónica.

 

Fundido a negro.

Dos vagones más adelante están los componentes al completo de Los Fiambres.

-          Venía a lo que venía, ni camiseta ni hostias. Me la zumbé como Dios manda – dice Nando refiriéndose a su encuentro con Miriam

-          ¡Anda ya! Mentiroso – le corrige Nes – si estaba yo fumándome un canuto al lado del camerino y la chica salió a los cinco minutos con la camiseta. Eres un fantasma.

-          Y a ti qué, ¿te ha arañado la cara tu novia? – refiriéndose a Nes

-          Pues tendrías que ver la cara del otro – contesta todo chulo, Nes.

-          ¿Pero qué coño os pasa? – pregunta Naím – Que el mismísimo Johnny “el Seco” nos ha fichado para su compañía y además ¡vamos a sacar un disco! Y vosotros aquí hablando de chorradas. Parecéis críos.

-          Es verdad, ¡chavales! ¡Que por fin vamos a ganar pasta! – dice Nino todo entusiasmado.

-          (Todos a coro): Oé, oe, oe ,oe, Oé, Oé

De repente, los cánticos de Los Fiambres han llegado hasta los oídos de nuestros chicos y chicas.

-          No puede ser… - dice Javier

-          ¿Y qué más da? – dice Mónica

-          Voy para allá a saldar una cuenta pendiente, no me esperéis despiertos – dice completamente en serio Juan.

Y se dirige hacia el vagón donde están Los Fiambres.

Nando que lo ve advierte a Nes

-          Oye tronco, ¿ese no es el menda con el que te partiste la cara? – dice Naím – Pues viene derechito a por la revancha.

-          ¡Es verdad! – dice Nes – parece que no ha tenido suficiente, voy a ver si esta vez lo pilla a la primera.

Y también se dirige al encuentro de Juan.

Cuando están a punto de alcanzarse de repente estalla una bomba en el vagón.

 

Fundido a negro.

 

“Suena un pitido agudo en mis oídos que va en aumento. Siento calor por todo el cuerpo.

Me duele la cabeza como si alguien me estuviera dando con un mazo. Estoy desorientado.

Esta es sin duda la peor resaca de mi vida”.

 

Es Javier que ha sobrevivido a la explosión pero está muy maltrecho.

Hay cadáveres por todos lados, no ha sobrevivido ninguna de nuestras chicas, ni del resto excepto Javier que mira con incredulidad los cuerpos de sus amigos y amigas.

De repente se oye:

-          ¡Aquí hay uno! Tiene el pulso débil, ayudadme a sacarlo de aquí – se trata de un sanitario – tranquilo chaval que ya te tenemos.

Aparecen dos sanitarios más con una camilla y un equipo de monitorización. El tiempo apremia. Javier tiene destrozada la parte izquierda.

-          ¡Joder daos prisa que se nos va! – grita el primer sanitario – está perdiendo el pulso… ¡Mierda! ¡Ha entrado en parada! ¡Traed las putas palas y dejadlo en el suelo!

Los otros sanitarios obedecen y traen las palas. El primer sanitario les dice que se aparten y comienza a darle descargas.

-          Vamos chaval, responde, no te me vayas – dice mientras le aplica las descargas.

Javier no responde y no deja de oírse el pitido de la muerte.

-          ¡No me jodas chaval, vamos hostia! – sigue el sanitario sin descanso

Los otros dos sanitarios afirman que ha muerto, que ya no se puede hacer nada. Mientras el primero deja las palas e indica.

-          Hora de la muerte las 8:11 de la mañana.